17 enero 2008

DEUDA DULCE
Estoy en la recepción de mi edificio con mi notebook, una coca cola, mi cajetilla de cigarros y mi celular. El sol afuera, quema y yo estoy hecha una sopa horrenda: transpiro, tengo un moño cuete y ni una gota de pintura. Pero obligada por los ruidos infernales de la contru que tengo al lado de mi pieza, me tuve que venir a escribir acá abajo mi columna semanal. Tecleo, anoto ideas. Entran y salen vecinos. Paf, suena la puerta de entrada del edificio. Circulan obreros de la contru por fuera. Entra El vecino, guapísimo en sus jeans y me ve convertida en este harapo. Qué mala suerte la mía. Y de repente una señora de pelo blanco y ojos verdes, hermosa, pero con un solo diente, se me acerca a pedirme un cigarro. Se me instala a conversar. La señora me cuenta que es mensajera, que toda su vida ha repartido tarjetas de crédito y bancarias en bicicleta. Que le han abierto la puerta desde sicóticos hasta ángeles reencarnados. Tiene un español exquisito y una cultura envidiable. La señora mensajera escucha a Schubert, lee buena literatura y usa unas palabras preciosas que prácticamente están en desuso. Sus historias me hipnotizan. Dejo tirada la columna. La señora mensajera me cuenta acerca de mansiones donde reinaba el vacío a las que fue invitada a tomarse un juguito de pasada, de un viaje eterno en bicicleta que hizo al campo, de su casa en Conchalí, de los hijos que no tuvo y del porqué decidió no casarse. “Tengo mucho carácter y soy muy decidida. Y a los tipos en general, eso les da miedo. Yo soy muy feliz así, pero a veces, me dan ganas de tener a alguien con quien compartir esta felicidad”, me dice. La señora mensajera me muestra que puede escribir su nombre con ambas manos, se fuma un cigarrillo más, agarra su bicicleta y sale hacia el sol quemante.
Y yo, dejo botada otro rato mi columna porque me quedo pensando en lo que me dijo. A veces yo tengo la misma sensación: asusto porque también tengo mucho carácter y soy muy decidida. Y para más remate, escribo con la honestidad de la guata y no me sé callar. No sé mentir. No sé suavizar. Digo las cosas directamente y eso parece que es muy aterrador. Sin embargo, nunca puedo decir directamente las cosas más dulces. Eso me cuesta más. Eso es lo que a mí, la mujer decidida, me da terror: quedar en evidencia, con el corazón en la mano, hablando cursilerías que quizás reboten contra una muralla. Estoy endeudada en interminables cuotas con mi lado amable. Estoy en deuda con mi corazón mudo. La última vez también lo hice así: S. era un chico muy caballero que me pasaba a buscar y a dejar, me hablaba en dialecto ingenieril, pero siempre terminaba sus historias dulcemente. Era brutalmente inteligente, pero nunca se tiraba flores. Tenía una linda timidez. Pero S. tenía el corazón damnificado y ni él mismo sabía cómo se sentía ese dolor. Todavía no había aprendido a lidiar con ese tipo de cosas, que siempre para un hombre resultan ser más desconcertantes, más sombrías e imprevistas. Dentro de lo que entendía, trató de hacérmelo saber y expresarse. Dentro de lo que yo entendía, traté de simplemente estar, aunque creía que él necesitaba otra cosa: tiempo para escucharse a sí mismo en soledad. Sin embargo, duré muy poco con mi cruzada dulce. Un buen día me dio terror y arranqué, a pesar de que tenía unas ganas feroces de darle un abrazo y decirle que no tuviera pena. Unas amigas avalaron mi huida: dijeron que nadie podía ser enfermera de nadie y que esas cosas pasan sólo con la pomadita del tiempo. En eso, yo estaba de acuerdo. Pero lo mío, no era un plan de rehabilitación. A patadas puedo con mi propia alma. Lo mío, eran puras y blancas ganas de darle un solo abrazo y decirle que no tuviera pena. Pero en vez de eso, sólo atiné a bloquear mi arranque de ternura y bajar la cortina. Correr lejos, bien lejos. Y poner a resguardo una idea de dignidad que cada día me parece más insignificante. Todavía a veces siento el reclamo de ese abrazo en bodega. Y pienso en cómo pagar la deuda que finalmente es conmigo, con lo que yo quería hacer. Sin embargo, lo único que logro es ponerme más candados y obstáculos, para no dejar ese lado de mí suelto por la vida y haciendo de las suyas.
Baja el sol y me llega de frente. Transpiro más y los dedos se me pegan en el teclado. Los vecinos salen y entran del edificio. La coca cola está caliente. Le pongo punto final a mi columna y guardo mis cachivaches para subir y mandar mi texto. Y en la noche sueño que voy en bicicleta repartiendo abrazos casa por casa por toda la gran ciudad.

14 comentarios:

young_supersonic dijo...

Y SÍ...

ES DURO LIDIAR CON CHICAS ASÍ COMO TÚ.

PORQUE DÉJAME DECIR QUE A VECES DUELEN MUCHO LOS CORAZONES MUDOS...

Y ESOS SILENCIOS TAN MÚLTIPLEMENTE INTERPRETABLES.

Sole dijo...

yo tb me siento asi a veces como una gran muralla que pongo y no se como saltarla o pq esta ahi? casi como una gran fortaleza.
Tb he sentido la sensacion de abrazar alguien solo por el hecho de abrazar y no lo he hecho y me he arrepentido mucho
saludos!!!

Sandra dijo...

Pepa:

El año que paso me enseño muchas cosas, una de esas fue amar dando lo mejor de uno, dejar a un lado todas esas corazas que te impiden sentirte plena y hablar con el corazon, lametablemente las cosas no pudieron ser pero creeme que es lo mejor que pude haber hecho porque me senti VIVA. Se sufre mas cuando las cosas no resultan, pero ahora que ha pasado un tiempo, haciendo un balance creo que gane muchisimo mas de lo que perdi, porque descubri una parte de mi que creia que no existia.

Un abrazo

Marcos dijo...

"Yo soy muy feliz así, pero a veces, me dan ganas de tener a alguien con quien compartir esta felicidad”.
Qué buena cuña.
Como para robársela y usarla.
Evitaría varias explicaciones complicadas en momentos incómodos.
Creo que empezaré a usarla.
Saludos.

Karlo dijo...

Hola Pepa

Y te alcanzo el sueño para tantos abrazos?...imagino que si, los sueños poseen esa magia.

Me llamo la atencion la fotografia, es la evolucion de Pepa?...pero faltan secuencias mas jubilosas que llegaran a su debido tiempo :)

Saludos cordiales
Karlo

Pd: Coca Cola caliente..PUAAAJJ!!!

Wale dijo...

y que pasa cuando derribamos esa muralla, y dejamos salir ese lado dulce????

yo lo hice, y aun recojo a cucharaditas de café mi alma...
a veces no es lo mejor...

Cariños Pepa!

Shidi ! dijo...

Abrazar debe ser una de las cosas que resultan de barómetro en mi vida amorosa. Si alguien no abraza, es causal de completa y absoluta duda. Si alguien abraza mucho, asusta, porque no puede querer abrazar más que yo.
Somos raras las minas.
De pronto nos da por el asunto maternal, y otras por arrancar lo más lejos posible.
Pero sea como sea, el miedo no sirve. Yo prefiero seguir siendo sincera, antes que convertirme en estatua de hielo
alá me libre de tal condena !
un abrazo bien grande
Shidi !

Unknown dijo...

Uno siempre tiene cosas pendientes, especialmente con las ex parejas... con la cabeza fria siempre se piensan cosas y muchas veces pensamos en lo que nos faltó hacer o decir, hay veces en que es sano redimirse con uno mismo y hacerlo, para tener el alma en paz y no andar soñandolo después, pero hay otras en las que, por el bien de la otra persona incluso, es mejor pensar en que lo mas sano es no hacerlo... primero medita si es bueno para la otra persona.

saludos, espero que estes mas tranquila...

PALACE dijo...

A mi derrepente me da miedo que las cosas no resulten como uno espera y ando a la defensiva esperándo que explote la bomba para escapar y servir para la otra batalla. Pero no se cuantas batallas más me queden.



Pepa, anoche soñé contigo.

*-*KaRiTo*-* dijo...

uuu Pepa creo q somos muchas a las q nos pasa eso, a mi casi siempre, me cuesta demaciado pasar esa muralla y demostrar mis sentimientos.

bueno saludos!

bye

Daniela González dijo...

Pero si eres capaz de escribir esta columna y publicarla, entonces tb tienes esa capacidad de ser directa en el ámbito de las cosas dulces, porque igual es sinceridad dulce la que tienes al escribir.

Kuky Haindl dijo...

Animo Pepa! eres una tremenda mujer, fuerte y honesta, se q suena a cliche, pero ya aparecera quien te merezca. me encanto la columna d la invasion pokemona, porque fue como leerme el pensamiento: la semana pasada estaba chata con los pokemones, a todas horas x la tele, con su estetica tan desagradable.
Saludos!

lolita dijo...

que simple y sencillo suena el estar sola por la vida pero que terrible y aburrido es cuando te lo recuerdan a cada instante en verdad no me preocupa mucho la situaciòn pero si me preocupa el que existan personas que tengan la mania de tener que recordarlo a cada instante.bueno quizàs nos toca a algunos que niciquiera son las personas sino las situaciones,pero hay que aprender a vivir con eso al final que perdemos uniendonos a la vida?

Constanza dijo...

cuando te dicen que para amar hay que ser egoísta te están mintiendo, y cuando tú lo dices, obviamente te mientes a tí misma.
No hay nada más bello que amar a alguien con todo lo que tienes, la gracia es entregarle ese amor a alguien que hará lo mismo por ti, o sea, amarte con todo lo que tiene.
Esa clase de amor existe, primero por que (no es mi intención sonar canuta) primero por que Dios nos ama de esa manera y para eso vino Jesús a la tierra, y segundo por que cuando menos lo esperas llega tú complemento, tú media naranja y llena cada vacio y sana cada herida que hay en tú corazón.

Saludos
Pepa