01 mayo 2012

Mudanza

Amigos, seguidores, lectores, familia:
Como habrán podido apreciar, enchulé este blog que aún flota en el espacio.
Pero me trasladé con todos los textos, posteos y nuevos escritos a una nueva casa.
Los invito ahora a seguirme en http://pepavalenzuela.wordpress.com/
Y también los invito a http://pepaperiodista.wordpress.com donde podrán encontrar mis mejores reportajes y entrevistas. Si clickean en pepavalenzuela.wordpress + textos periodísticos, también llegan hasta ahí.

No les he abandonado. Sólo me modernicé. Todo para ustedes.
Cariños a todos.

05 diciembre 2011

PABLITO


Por Pepa Valenzuela


"A mí me ha ido muy bien en el colegio. Tengo promedio 68, sólo tuve esa mala nota que conté, un 6.4. Me gustan las matemáticas, educación física y el arte. Me gusta mucho pintar, dibujar, me saco puros sietes en arte. Es entretenido pintar, tengo muchos lápices. ¿Sabes lo otro que me gusta? Escribir. No sé por qué. Pero es como rico. Tú podrías enseñarme un poco a escribir porque tú eres una periodista que escribe. Un día vas a ser famosa porque te ganaste por tercera vez el premio. Y vas a salir en la tele. Te apuesto que sí.
Yo no sé qué quiero hacer cuando sea grande. Quizás vaya a probarme al fútbol. Quizás sea un deportista olímpico o un gran artista. También sé cantar y bailar. ¡Sirvo para muchas cosas! Tengo buenas notas, me va bien en el colegio. Estoy juntando plata también. Tengo unos ahorros desde hace mucho tiempo y como hice una propaganda para el día del padre, cada vez que la dan en la tele, me dan un poco más de plata. ¿Para qué junto plata? Quiero viajar o ayudar a mi familia.
¿Tú sabes cuánto vale un pasaje a Brasil? Ahhh. Ya: necesito como un millón de pesos para que vayamos a Brasil mi mamá, mi papá, tú y yo. Mi mamá y mi papá porque son los que más me han cuidado. Mis hermanos no porque ellos han salido harto con mis papás. Tú, porque te quiero mucho. Y yo, porque obvio, quiero ir yo. Además yo solo conozco Mendoza en Argentina. ¿Por qué me preocupa juntar plata y tener buenas notas? Porque son cosas importantes. Lo otro que me preocupa es la familia porque la familia sí que es muy importante. ¿Que qué hace la gente sin familia? Mmm, creo que para ellos también debe ser un tema importante. A mí me gusta mucho mi familia. Tú eres mi tía. ¿Y por qué eres mi madrina? ¿Mis papás te eligieron para ser mi madrina? Eligieron súper bien entonces. "

10 septiembre 2011




Hace un par de años, escribí esta columna para una revista del cable sobre la compañía que ejercía la tele nuestra de cada día. En nuestra casa, es influencia tenía un rostro y un nombre: Felipe Camiroaga.
A una semana del accidente que se lo llevó a él y a otras 20 chilenos solidarios, les dejo mi mínimo y pequeñísimo homenaje. Godd fly, Felipe. Y gracias por todo.



El amante de mamá
Por Pepa Valenzuela

Mamá es una mujer con el corazón acorazado. Una secretaria jubilada que desde que se separó del multimaniático de mi padre hace más de dieciocho años, se declaró inmune al amor. A sus cuarenta años, dos matrimonios con hombres imposibles le bastaron para convencerse que ninguna posible gracia del sexo opuesto era tan grande como para soportar sus mañas y además lavar calzoncillos ajenos. Por eso, todavía guapa y vigente, decidió dar un paso al lado. Declararse en huelga. Apagar para siempre su transmisión en rosa. Ponerse en off. Desde entonces ha estado sola. Y a pesar de las supuestas contraindicaciones para el ánimo, la piel y no sé cuántos otros males más que significa vivir sin amor y sus bondades, mamá parece una mujer bastante feliz. Sin embargo, creo saber por qué: desde que está sola, tiene un amante que sólo habla cuando ella quiere, la hace reír a carcajadas y además se calla cuando ella lo decide. Un fiel compañero que va detrás de ella por todas las habitaciones del departamento, la hace viajar a los lugares donde ella siempre ha soñado ir, comparte con ella a otros galanes que ella siempre quiso amar – no tiene celo alguno -, y además la entretiene todo el santo día: el televisor. Mamá ama a su televisor. Lo ama de verdad. No es una relación superficial ni utilitaria del doy te doy y tú me das ni una relación de sana convivencia. Entre ellos hay amor del bueno y a ratos, pura pasión incendiaria. Tanto así, que hace poco decidió bautizar a este insólito amante, como una medida para romper el hielo. En mi casa, la tele no se llama tele. El gran televisor de 21 pulgadas que mi vieja arrastra de su dormitorio al living por las mañanas y del living a su dormitorio por las noches arriba de una mesita con ruedas, se llama Felipe. Un homenaje a Felipe Camiroaga, el hombre que nos levanta a mi madre y a mí, en todo el amplio sentido de la palabra.
Como decía, entre mi madre y Felipe, su televisor, hay amor. Nunca he visto mujer más enamorada de algo que mi vieja de su Felipe. En la mañana lo saluda antes de encenderlo y cuidadosamente, sin sacarle sus antenitas al sol todavía, lo lleva hacia el comedor. Ahí, juntos comienzan a comentar las noticias. Felipe se las cuenta y mi madre a veces se las discute, otras veces se emociona hasta las lágrimas con historias de superación o dramas de la vida real y otras, le grita furiosa a su novio cuando éste le cuenta cosas que a ella no le gusta escuchar: alzas de precios, abusos de poder, ladrones dejados en libertad y el último tema por el que casi casi han terminado, el Transantiago y sus múltiples aberraciones. A mediodía discuten como buenos enamorados que son. Mamá se pasa todo el día diciéndole a Felipe con quiénes debiera trabajar y con quiénes no. Hay ciertos opinólogos, conductores y modelos que ella no soporta y no le cabe en la cabeza que Felipe les de empleo dentro de su pantalla plana. “Cuántas veces hay que decir que Juanito Pérez o Sultano no sirven y hablan puras cabezas de pescado”, suspira indignada desde la cocina, mientras prepara el almuerzo. Pero no todo son peleas. A veces hay momentos de pura ternura. En la tarde, Felipe la arrulla contándole historias con acentos mexicanos, gringos o venezolanos con los que mi madre se queda profundamente dormida durante su siesta. Y en la tarde, ambos de ríen de buena gana con series humorísticas, estelares y realities. Mamá conoce tan bien a su acompañante, que muchas veces lo adivina y sabe en qué van a terminar sus teleseries interminables. “Una que ha sido directora…”, le repite cuando llega el final de una serie y era tal como ella la había predicho. Pero lejos el momento peak, es cuando Felipe se pone romántico y le empieza a mostrar países y destinos exóticos donde juntos viajan de la mano. Hace poco, los dos hicieron un tour por los países vascos. Mi madre estuvo una semana hablando sin parar de los lugares que conoció gracias Felipe. Sin embargo, ella no le es fiel del todo. A veces mi madre le pone el gorro a su amante con los mismos tipos que Felipe le presenta: por lo menos una vez a la semana, a la hora del desayuno, mamá me confiesa que tuvo un sueño apasionado con algún rostro de la pantalla local. Así, en sus sueños, mi madre ha pololeado con Bam Bam Zamorano (ojo, en su época de pichichi, no de marido y padre responsable), el cantante de Rojo Mario Guerrero (“Uy, aunque es cabrito, ¡estaba tan enamorado de mí en el sueño, mijita!”), el actor Luciano Cruz Coke (“Y eso que a mí nunca me ha gustado”) y el supergalán Antonio Banderas, con quien no experimentó remordimiento alguno. Sin embargo, el amor es mutuo y Felipe perdona todos sus deslices y enojos. Y la acompaña fielmente hasta que cae la noche y ella se queda dormida al compás de su voz y bajo el potente resplandor de la luz que yo, más tarde, apago calladita y en puntillas.

20 julio 2011

Poemas de no ficción

1. Señorita ejecutiva
Por Pepa Valenzuela

Me tienen hasta la coronilla
Estas ejecutivas de vocecita amigable
Que me llaman a mi casa
Casi siempre cuando estoy escribiendo
En el segundo clave de iluminación que tengo al día
Y me dicen:
¿Se encontrará la señora Pepa Valenzuela?
Porque cuando estoy a punto de responderles
Primero: que no soy señora, desubicadita
Segundo: que estoy ocupada (yo no me rasco la guata)
Tercero: de dónde miércale sacó mi número
La señorita ejecutiva se larga
Con una perorata interminable
Que lanza sin siquiera respirar
Y me informa
Que tengo la media ni qué suerte
Que me ha caído una bendición del cielo
Que Dios ha discado mi teléfono
Porque resulta que
Banco Falabella
Banco BCI
Ripley
Paris
Tarjetas Presto
VTR y Movistar juntos
Banco BBVA
Y todas las tarjetas de oro, platino y cobre del país
Me tienen tanta buena
Me quieren tanto a mí y a mi familia
Que me están ofreciendo
Una fantástica promoción
Una línea de crédito súperpoderosa
Un cupo hasta el Más Allá
Un plan interespacial pensado sólo en mis necesidades
Un contrato botado de barato
Todo por una módica suma terminada en 990
Que por supuesto no puedo desperdiciar
Entonces me pregunta qué me parece
Tener tanta suerte junta
Y yo le contesto de vuelta
Qué le parece a ella
tener tantas patitas
para llamarme a mi casa
para puro molestar.
Y le cuelgo el teléfono.

05 mayo 2011

Les cuento, señoras y señores
No es que esté escribiendo menos. Al contrario. Sigo escribiendo como una chinita, pero sólo que para muchos lados. Empecé ahora a escribir sobre la vida misma en la página de Belleza de Falabella (www.bellezafalabella.cl)
Por ahora les dejo el link para este día de la mami
Acá, Retrato de mi madre:


http://www.bellezafalabella.cl/index.php?mod=noticia&categoria=36

06 febrero 2011


30

Por Pepa Valenzuela


De repente una despierta y tiene 30 años. De repente una, que todavía siente que tiene corazón de 17, esperanzas de 15, ganas de 24, sueños de 10, amanece con 30 y se sienta en la cama a pensar cómo diablos pasó todo tan rápido. Cómo es posible que el colegio quedara 12 años lejos, que la universidad esté a 7 de distancia, que el primer amor sólo sea un recuerdo en tercera persona, que algunos amigos de la infancia hayan cambiado tanto, que tus papás ahora califiquen para la tercera edad, y que una sea una mujer adulta frente al espejo.


Una mujer hecha y derecha que ya no tiene excusas para hacer tonteras de pendeja, que no pueda salirse de madre para dar algunos ejemplos, que tiene que apechugar con situaciones familiares difíciles, que ya no puede quedarse llorando meses sobre la leche derramada, que sabe que ni lo bueno ni lo malo son eternos, que perdona, pero selecciona, que ama pero agregándole cabeza a la sopa de hormonas e ilusiones, que empieza a darse cuenta de la posibilidad real de la muerte, que sale a trabajar así se esté cayendo el mundo, que dice que no cuando quiere decir que no, que algunas noches prefiere acostarse con el noticiario, que no tiene culpas frente al sexo, que prefiere beber menos, más caro, pero rico, que goza con un buen plato de comida o cocinando para sus visitas, que empieza a creer en cosas que no ve, que descubre a las personas de un solo vistazo, que tiene más conciencia de sí misma y del resto, que empieza a abrirse a otras opciones que jamás había pensado, que atesora como hueso santo a los amigos que se quedaron a pesar de todo y a los nuevos que aparecen en el camino, que entiende que hay que cuidarse el cuerpo y el alma, que empieza a hacerse cargo de los padres, que comienza a soñar con hijos, que tiene bien definido lo que quiere y lo que no de su vida y trata de no olvidarlo para conseguirlo.


Cuando una de repente despierta y tiene 30 años, mira hacia atrás y recuerda los sueños, amigos, amores, proyectos y momentos que se fueron para siempre y entiende por qué tenían que partir, por qué es mejor que no vuelvan jamás. Recuerda a quienes te hicieron feliz la infancia, dichosa la juventud, único el crecimiento, quienes son los artífices de tu memoria y de quién eres ahora. Cuando una de repente despierta y tiene 30 años, también le da vueltas a lo que le falta, a la patita coja, al amor que aún no se manifiesta, al cambio a una casa más grande, a las ingratitudes del oficio, a los niños que quisiera traer algún día al mundo, a los libros que querría publicar, a los trabajos que quisiera aportar en algo, a las cosas materiales que quiere obtener, al tiempo que quiere entregarles a quienes ama y no puede, a las ilusiones que una tenía y aún no se han cumplido. Pero también entiende que ningún sueño es tan perfecto como una cree. Que nadie está completo nunca. Incluso que lo ideal puede ser un total infierno y que lo que dicen las viejas - por algo pasan las cosas - es la pura y santa verdad. Pero sobre todo, a los 30 años una descubre que tiene más de todo lo que soñó tener alguna vez: un departamento lindo, propio y tranquilo, unos amigos de lujo, los mejores del planeta, una madre espectacular, una familia extraña, pero que una quiere, un trabajo que llena el alma, vocación de ser feliz, salud, ciertas bellezas por fuera y por dentro, sentido del humor, momentos inolvidables, capacidad para hacer casi todo lo que una quiera cuando quiera, ganas de seguir creciendo, fe en la vida y en los demás, gente que te ama sinceramente. Entonces sí, cuando de repente una despierta y tiene 30 años y se pregunta cómo diablos todo pasó tan rápido y constata que ya es una mujer hecha y derecha y recuerda lo perdido, lo que falta y lo que tiene, al final termina agradeciendo. Agradeciendo desde el corazón. Por todo lo vivido. Por todo lo aprendido. Por todo lo disfrutado y lo sufrido. Por el futuro que viene hacia adelante. Pero más que nada por este ahora. Porque a los 30 años una es así de feliz.

20 diciembre 2010




Consejos integrales de mi madre

Por Pepa Valenzuela

"Mira chinita, te voy a decir una cosa: yo estoy muy orgullosa de ti. No me importa que no tengas hijos, no que no te hayas casado y que vayas a cumplir 30. Te queda una vida por delante. Mírame a mí: te tuve a ti a los 34 así es que tienes un montón de tiempo. Yo a los 24 años estaba separada de mi primer marido y había perdido a un hijo. Pensé que no iba a rehacer mi vida. Pensaba que había cagado. Pero esperé y ¿para qué? Para que apareciera el huevón de tu papá... Bueno, te tuve a ti así es que algo bueno hizo el huevón. Y tú me has hecho inmensamente feliz. Eres trabajadora, inteligente, por eso me la jugué tanto para que entraras a la Universidad. Puchas, sinceramente si yo hubiera visto que te faltaban palos pal puente, me habría conformado con que sacaras cualquier cosa y te pusieras a trabajar. Pero tú eras una niña súper viva así es que la peleé harto porque tuvieras lo que yo no tuve. Y mira lo que ha pasado: eres una periodista a todo cachete, ganaste premios internacionales a los 25 años, publicas, eres profesora. Dime quién puede decir eso a tu edad.

Te voy a otro secreto: mi corazón de madre me dice que no te vas a quedar sola. Que algo bueno te espera en el futuro. No sé, es una tincada que tengo. Además, se lo encargué a Santa Teresita. Porque eso quiero yo: que encuentres un compañero que te cuide cuando yo no esté. Ahí puedo estirar la pata tranquila. Pero estoy segura de que así va a ser. Mi corazón de madre me lo dice. Además, tú eres una niña espectacular y no te lo repito porque yo sea tu madre, no. Tu abuelo siempre decía: "Para una madre no hay hijo feo, el que tenía, lo mató de un pedo". ¿Has oído tal cosa? No pues: no se puede matar a nadie de un pedo. Lo mismo que para una madre no hay hijo feo. Bueno, el asunto es que tú eres una mujer la raja. Ya se quisiera cualquier huevón estar con una mujer como tú. Y eso no te lo digo como tu mamá. Así es que quédate bien tranquila, chinita. Y no tengas pena ni miedo. Estás en la flor de la vida. Y tú sabes que la intuición de madre es algo muy poderoso. ¿Te gustó mi consejo? Dile a tus amigas que cobro 15 lucas la consulta".