15 junio 2010

Lecciones de Cuba
Por Pepa Valenzuela






Volví hace tres semanas de Cuba. Fue un viaje inolvidable. De esos que te voltean el corazón como si fuera reversible. De esos que te modifican para siempre una tuerquita del alma. Algo ahí adentro, se acomodó en su espacio y me cambió para siempre. Y me regresó a este pedacito de tierra, distinta, más madura y plena, entendiendo lo que aquí jamás podría haber entendido. En resumen, feliz como hacía años no lo estaba. Estas son las lecciones que la isla me dejó. Estas son las cosas que en la isla nos pasaron, porque sí, nos tenían que pasar.



N1. Hay cosas que una no entiende para qué pasan. Hay gente que una conoce y no entiende para qué tuvo que conocerlas. Hay veces en que una no halla cómo explicarse el daño y la decepción cuando son feroces, cuando aniquilan hasta el mejor de los recuerdos. Eso me pasó con mi ex. Pasaron muchos meses sin entender para qué lo había conocido una vez que descubrí todas las verdades que me escondió. No entendía para qué había pasado por mi vida. No entendía qué había venido a decirme. Yo ya había aprendido las lecciones de la decepción. Un rato después, éntendí a medias que sí, que había llegado en un momento de mi vida en que necesitaba un arrullo. Y más tarde, cuando Ingrid me lo dijo, que una no perdía ni le quitaban las cosas que quería, sino que el destino te los sacaba del camino rápidamente para que una no se desviara de la meta. Pero recién ahora, en este viaje a Cuba entendí para qué lo conocí: para conocer a la Maca. Él sólo fue el intermediario que dejó en mi vida a una mujer espectacular. A una nueva amiga a la que después de este viaje, quiero entrañablemente. Ya sabrás Maquita entonces para qué habrán pasado las cosas que nos pasaron: alguna vez, teníamos que conocernos en plena libertad. Tal y como somos. Sin censuras de hombres que sí, Maca, no nos llegaban ni a los talones.





N2. También creo que estaba escrito que fuera a Cuba ahora. No antes, como quería. En diciembre fueron la Caro y su amiga ídem. Y yo quise unirme al viaje, pero finalmente no pude embarcarme para operarme la vista. Una cosa por la otra. Pero fui ahora porque ahora tendría una misión: darle una mano a una valiente escritora cubana que se ha pasado varios años denunciando las violaciones a los derechos humanos que ocurren en la isla. Yoani Sánchez, la bloguera que ha sido hostigada, secuestrada, amenazada por el régimen, sigue escribiendo con una firmeza conmovedora, sorteando los miles de obstáculos que le ha impuesto el gobierno cubano. No podía hacer menos que llevarle un ejemplar de Cuba Libre, su propio libro, que había sido publicado hacía dos meses en Chile y a ella le habían prohibido tener. No la dejaron salir para su lanzamiento y le retuvieron un par de ejemplares que le enviaron desde el exterior, en la aduana del aeropuerto de La Habana. Ella me lo pidió por teléfono. Y no pude hacer menos que comprarlo, forrarlo en doble papel de regalo y meterlo escondido en la maleta. Ver su emoción, sus ojos brillantes cuando lo tuvo entre sus manos, fue impagable. Fuerza, Yoani. Fuerza y bendiciones desde Chile. Un honor haber estado contigo y haber podido dejar en tus manos, de regreso, tus palabras.







N3. Tuve que atravesar volando casi la mitad del globo terráqueo para encontrar un tesoro que había perdido hacía años aquí en Chile. No sé cómo diablos llegó tan lejos ni cómo aterrizó en la isla. Pero en Cuba encontré de nuevo mi autoconfianza como mujer. Sí, tenía la seguridad profesional y personal. Sí, me sentía una periodista aperrada y empeñosa y una buena cabra. Pero la seguridad femenina, se me había arrancado de las manos hacía rato. Más bien me la habían arrebatado la presión social, pastelazos masculinos, reventadas de burbuja y el abandono al que una se ve expuesta acá en Chile. Sí, chilenos. Ustedes nos han abandonado a las mujeres. No a todas, pero a demasiadas. Pero eso es algo que les explicaré más adelante, en mi próximo punto. El asunto, es que en Cuba, recuperé mi autoconfianza como mujer. Me volví a sentir bonita, protegida, mimada, atendida, pero sobre todo visible. Porque allá me vieron. Y vieron a Maca y a Caro. Hombres de diversas las edades, nacionalidades e intenciones. Porque no sólo nos vieron como si fuéramos un pedazo de bistec. Nos vieron y nos trataron todos esos hombres, como mujeres. Nos galantearon, independientemente de si querían algo más con alguna o no. Nos cuidaron. Nos dijeron cuando nos veíamos lindas. Nos atendieron como si fuésemos flores. Nos hicieron sentir interesantes en la conversación, entretenidas en las fiestas, un privilegio como compañía. Cubanos, peruanos, ingleses, dominicanos, belgas y canadienses de todas las edades. Como nuestros entrañables amigos de Canadá: los chicos tenían entre 21 y 29 años. Y todos, hasta el menor de ellos, nos trataron como verdaderas reinas. Es decir, como hombres, como caballeros con todas sus letras. Gracias G, Mike, Jordan, Andrew y Brian. Gracias a todos los estupendos hombres que encontramos en la isla. Gracias a ustedes, las tres florecimos. Nos volvimos a sentir visibles, vivas, mujeres. Experimentarlo y ser testigo de ese proceso de Maca y Caro, fue un privilegio que no tengo cómo pagarles.



N4. A medida que fui floreciendo en Cuba, gracias a la distancia, la perspectiva y la evidencia, se me fueron despejando las dudas que tenía en Chile. Hasta que un día vi todo claro y me dio una rabia sorda. La rabia que da cuando una descubre que ha creído en una mentira por demasiado tiempo. La rabia de constatar que no, que no era problema mío, ni de mis amigas, ni de cierto tipo de mujeres, quizás demasiado avasalladoras, demasiado intimidantes, demasiado independientes, sino que era problema de ellos. Tuve que llegar a Cuba para que la película de la masculinidad en Chile - una película triste y con mal final - me quedara clara. Y cuando lo entendí, me dio rabia. Más rabia que pena, aunque pena igual me dio. Allá entendí lo que era obvio, pero de tan inmersa en nuestra realidad, no lograba ver: que los hombres chilenos - no todos, pero sí una inmensa mayoría - nos han abandonado. Nos abandonan cuando no se nos acercan a conversar. Nos abandonan cuando nos dejan bailando entre amigas mientras ellos conversan pelotudeces, haciendo como si fuéramos invisibles. Nos abandonan cuando no dicen lo que sienten o lo que ya no sienten por nosotras. Nos abandonan cuando mienten parra conseguir favores. Nos abandonan cuando nos dan excusas baratas, de niños de pecho, para no amarnos. Nos abandonan cuando quieren perpetuarse en la adolescencia y seguir chupando, fumando, atracando con todas las que puedan, incluso cuando han pasado los 30 años y ya se ven patéticos haciendo ese numerito. Nos abandonan cuando esgrimen miedos y bloqueos emocionales, olvidando que todos, incluidas nosotras, también tenemos miedos, pero los enfrentamos y no nos andamos divulgando como escudo de inmunidad. Nos abandonan cuando no nos dicen si estamos lindas, ricas, sexies, por hacerse los cool, los indiferentes, los difíciles, los inalcanzables. Nos abandonan cuando de puro cobardes, de puro flojos invirtieron los papeles y dejaron que nosotras hiciéramos solas la pega de la conquista. Nos abandonan cuando literalmente nos abandonan y desaparecen sin dar excusas, sin pedir una disculpa, sin hablar con cojones sobre lo que ha sucedido. Nos abandonan cuando prefieren juntarse con amigotes antes incluso de tener sexo en la casa. Nos abandonan cuando creen que su trabajo es lo más importante del Universo y del Más Allá. Nos abandonan de todas esas formas a nuestra propia suerte. A un terreno baldío y tan siniestro, que trastorna las cosas y una se empieza a volver loca y de chica completamente normal, cuerda, linda, trabajadora pasa una a preguntarse qué pasa, cuál es el problema, parece que soy invisible, algo malo tengo yo, quizás estoy muy fea, o quisquillosa, o guatona, quizás parezco travesti, mientras el resto pone lo suyo diciendo ah, es que ustedes son mañosas, exigentes, se les va a pasar el tren y sí, así muchas mujeres terminamos creyendo lo peor: que la culpa es propia. Ciegas, palpando en esa oscuridad a la que nos ha arrojado el mutismo y el abandono masculino, acabamos creyendo seriamente que algo malo tenemos. Y que casi nos merecemos tanta indiferencia, incertidumbre y porquería. Pero no. En Cuba vi clarito que no es así. Que ésa es una tara de ellos, no de nosotras. Y por lo tanto, me boté ese peso de encima y decidí no hacerme cargo de rollos, fallas, trancas y peros que no me pertenecían. Que no nos pertenecen a ninguna de nosotras. Sus razones para abandonarnos son sus razones. Quizás a la mayoría de los hombres ya no les gustan las mujeres nomás. Quién sabe. Si me preguntan a mí, el abandono eso sí me parece de una falta de hombría feroz. Porque siempre entendí que tanto una mujer como un hombre, se construyen en función del otro. Y por lo tanto, un hombre se hace hombre de verdad cuando decide amar a una mujer y construir un futuro con ella. No antes. Menos arrancando en sentido contrario, abandonando a las mujeres a su suerte y a su incertidumbre. Eso, a todas luces y al menos para mí, es de una mariconería feroz.




N5. Soné rabiosa en mi punto anterior. Pero sí, lo pienso y me da una ira tremenda. Pero lo cierto es que este viaje me dejó más feliz de lo que he estado en años. Tremendamente dichosa, plena, con el corazón abierto de par en par. Me botaron mis pequeños mis muros de defensa y después de siglos sin hacerlo, volví a escuchar que me querían, así, mucho, con el alma y yo, temerosa, que lo había olvidado casi, porque acá está tan prohibido, porque acá a cualquier pelagato le da un infarto como si fuera algo malo, porque es algo que no se dice para no meter las patas, para que no arranquen como cuete, yo, sí, yo, la mujer que casi lo había olvidado, volví a decir te quiero. Te quiero y mucho.

26 comentarios:

Marlina Diaz dijo...

Sí, yo creo que a la mayoría de los hombres no les gustan las mujeres.

Jackie dijo...

Me encanto lo que escribes me siento muy identificada con tu análisis de tu viaje, a pesar que tengo más edad que tú, realmente todo lo que comentas y expresas es la pura realidad que estamos viviendo las mujeres de varias generaciones, te felicito escribes super.....

Jackie dijo...

Me encanto lo que escribes me siento muy identificada con tu análisis de tu viaje, a pesar que tengo más edad que tú, realmente todo lo que comentas y expresas es la pura realidad que estamos viviendo las mujeres de varias generaciones, te felicito escribes super.....

Mariajose dijo...

Pepita me alegra tanto que estes feliz. Tu eres lo maximo. Como dice Madona "Open your heart" jaja.

C' dijo...

Pepa, siempre leo lo que escribes, ya sea acá o en el diario, y me siento de una u otra manera partícipe detu historia. Me alegro que en este viaje hayas descubierto el lado B de tu corazón, que te hayas renovado y sobre todo, que estés feliz.
cariños.

C' dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sole dijo...

Pepa! me alegra mucho que te haya ido tan bien en Cuba y que las heridas del corazón ya sanaron.. Ahora a disfrutar la vida!!!!
Mucha suerte!!!

Anónimo dijo...

Ahhhhh amiga, que te puedo decir…
100% de acuerdo con tu relato! Qué manera de disfrutar este viaje!!!! Como les dije a ti y a Caro, las mejores vacaciones de mi vida!!! Eh eh eh…jajajaja. Yo también llegué y sigo feliz como hacía mucho tiempo no lo estaba.

Que tendrá esa isla?, Será el momento por el que uno está pasando? Mi objetivo del viaje siempre fue el cierre de un ciclo, ciclo de dudas, angustias, penas, desordenes y todo lo que a uno se le viene cuando se enfrenta el término de una relación que sentía importante. Y siendo ese el objetivo, se cumplió a cabalidad. Ahora claramente veo las cosas con otros ojos y me siento más segura para enfrentar esta situación y la vida en general….estoy en paz conmigo, que a la larga eso es lo más importante.

Parte de esta paz creo que se debe a que al fin asumimos lo que sabíamos pero no nos atrevíamos a asumir…que tener personalidad, ser independiente, ser alegre, ser auténtica son VIRTUDES y no faltas como la mayoría te hace creer. Que tenemos todo en la vida para mirarla con alegría y confianza. En verdad a mi me importa bien poco lo que el resto opine de mi, pero si duele cuando percibes que el hombre que tienes al lado no se siente orgulloso de esas virtudes, si no que se siente opacado. Comienzas a dudar de que si el problema es tuyo, nunca lo pones en duda a él…y ahí está el error. Ellos con sus inseguridades y miedos te hacen sentir que tu eres la que está mal solo para autovalidarse…ufff…tema largo y tedioso…ojala que algún día se den cuenta que amar, cuidar, motivar, admirar a una mujer, sobre todo si es SU mujer, no es malo…que no los hace menos hombres si no todo lo contrario.

También creo que parte de lo buenisimo que fue este viaje se debe, como ya se los he dicho muchas veces, a la excelente compañía que son tú y la Caro. Grandes mujeres que me alegra mucho haber conocido!!! Y te cito textual “lo principal en la vida es la amistad, la solidaridad de género y tener gente derecha, leal, la raja como ustedes cerca”…toda la razón!!!!

KeNo dijo...

Pepa, siempre te leía en la prensa, como p.e. LUN, hasta que descubrí tu blog y me lo leí de una.
Genial tu forma de escribir, siempre me entretengo leyendo tus palabras.
Que bueno que hayas podido encontrar otra visión en Cuba y hayas podido recuperar lo perdido.
Lamentablemente esta sociedad chilena es así como la vemos, no sólo los hombres, sino las mujeres también. Estoy a punto de entrar en la treintena, casado ya y titulándome de psicólogo, y puedo decirte que de verdad, tanto hombres como mujeres chilen@s tienen una distorsión heavy.
Pero bueno... solo desearte lo mejor, tira pa'rriba y sigue haciendo lo que mejor sabes hacer: escribir.
Saludos

Kuky Haindl dijo...

Que buena Pepa! me alegro mucho! nada mejor que un viaje para sanar el alma...yo vengo llegando de un viaje que me sanó un cansancio del alma que me tenía estresada.
Sobre el hombre chileno: tooooda la razón! aunque yo me siento afortunada, cuando viví en España concluí que si no estuviera con mi entonces pololo y ahora marido, me casaría con un extranjero...afortunadamente, no son todos así. En todo caso, concuerdo con Keno, que es un problema a nivel nacional, tanto de hombres como de mujeres: algo pasa que tendemos al apocamiento, a la inseguridad, al pesimismo, y cuando nos sentimos miserables (cosa que a algunos le ocurre muy a menudo), tendemos a criticar, pelar o hacerle la vida imposible al de al lado...sobre todo si al del lado le va bien. ¿por qué será? ¿quién sabe? yo llevo años luchando para tratar de no ser así y tratar de evitar a ese tipo de gente. De hecho, he perdido amistades de siglos, porque no he estado de acuerdo con esa actitud tan tóxica ante la vida...pero bueno, la salud mental es primero.

Unknown dijo...

Buen post!
De todas maneras con tu furioso punto debo decir que es responsabilidad de ambos cambiar eso, como mujer te toca la parte fea del desprecio masculino, pero como hombres nos toca la parte fea del desprecio femenino, eso de los sentimientos nunca ha sido nuestro fuerte (somos más bien una versión moderna del hombre de las cavernas) y la forma de aceptar, procesar, "superar" desprecios o abandono es desarrollando sisemas de defensa que minimizan la posibilidad de volver a recibir daño.
Me parecio gracioso por sobre todo el punto del baile, desde el otro lado podriamos decir que las mujeres nos abandonaron primero cuando dijieron esa vez que 'no'.

Créeme que por los dos lados hay daños, y que no sólo ustedes pueden sentirse abandonadas o solas.

De igual manera un hombre puede decir como las mujeres de cuba tienen un trato distinto y así sigue el ciclo.

Somos más parecidos en estas cosas de lo que parece.

Saludos.

Tales from Afar dijo...

Yo también creo que hay dos lados en las cosas,pero existe una reflexión generalizada en tornos al desgano general de los hombres, en todo... y claro, una se cuestiona siempre. Hablando con mis amigas me di cuenta que no soy yo solamente, luego de leer esto el espectro se amplía bastante...
Uno tiene que salir del vicio de la realidad cotidiana, como en el viaje, para ver "de afuera" la triste realidad. Ojo,y no es que no tratemos... pero cansa demasiado.

Saludos

Pola dijo...

Pepa, eres la representante mayor de nosotras, las mujeres, no tienes idea como te entiendo, si pudiera expresar cuan identificada me siento con todo lo que escribes, lo haría, me llegaron en demasía TODAS tus palabras, creo que para volver a encontrar mi autoestima y todas esas cosas voy a tener que viajar no? jaja, gracias por los consejos y créeme, cada vez que te leo me siento menos sola, al menos alguien me entiende.
Saludos!

pepavalenzuela dijo...

Gracias a todos por los comentarios. Se pasan por las buenas vibras. Maquita, sí, este fue nuestro cierre de ciclo y muy bueno por lo demás. Te quiero! Gracias Keno, de pronto es super bueno saber más, desde otras perspectivas. Lo mismo para Correo. Es bueno saber que tanto hombres como mujeres nos preguntamos a veces las mismas cosas. A las chicas, qué les puedo decir: sí, viajar hace bien. Pero no sólo por conocer a más gente, sino también por la perspectiva que otorga. Despeja el alma y la cabeza. Sana de alguna forma. Cariños a todos.
Pepa

Calandi Personal dijo...

Linda Pepa :
cada vez que te leo se me hace un nudo en la guata porque es tanta la razon , tanto el corazon, tanta la verdad ...no se como se hace para ser fan de una escritora , por ahora te digo que te admiro, que desde mi lluvioso sur te mando mucha energia positiva porque mereces ser feliz!!

Unknown dijo...

Hola Pepa..ya te saludé la otra vez; pero no puedo evitar decirte nuevamente que escribes demasiado bien y estoy de acuerdo contigo aunque soy de otra generación y todo.. respecto a los hombres
Que bueno que estes feliz y no dejes de lado este blog
PD tu colaboras en la revista mujer de LUN???

Nicole dijo...

Pepa:
Necesito comunicarme contigo, donde te puedo ubicar.
Saludos,
Nicole Benado S.
temaquillo.com

pepavalenzuela dijo...

Mi mail: pepitavalenzuela@gmail.com
cariños!

Memoriona dijo...

Pepa:
fue como si te hubiese metido en mi cabeza cuando hablaste del abandono.
Me alegro que hayas vuelto sana.
Yo ahora voy por mi sanidad, en compañía de un muy amigo mío que me prestará la paila pa cuando me baje la rabia.
Un besote!!

Rodrigo Valdebenito dijo...

En realidad da para pensar la reflexión... como dijo alguien, nosotros también cargamos con el abandono femenino en ciertas áreas complicadas de nuestra vida.

Lo que si me llama la atención (y supongo que será cultural) es que para nosotros ese es un problema de las mujeres, y para ustedes también lo es... como si la falta de comunicación o "coordinación empática" fuera un tema a resolver por el género femenino mientras uno mira de afuera... curioso, no?

pepavalenzuela dijo...

Rodrigo: yo creo que no, que es un problema esencialmente masculino. Que los hombres tienen mucho que poner de su parte para entender que lo más masculino que puede hacer un hombre es amar a una mujer y conquistarla, quererla, cuidarla en la vida. Nuestro pecado como mujeres creo que ha sido ser demasiado independientes. Pero no creo que eso sea pecado. Más bien, puede ser un alivio para un hombre que con los pantalones bien puestos, decide amar a una mujer que no va a depender de su corazón ni de su bolsillo. Eso es amor para mí: una decisión en libertad. Pero una decisión para la cual, por cierto, hay que tener voluntad.
Muchos cariños para ti.

KeNo dijo...

Creo que tanto Rodrigo como Pepa tienen razón, que la mayoría de las cosas que se hacen en pareja deben ser parte de ambos. Pero últimamente se ha desvirtuado tanto todo esto, que ya no se sabe a quien culpar en realidad. Por una parte los hombres se demuestran en extremo "jotes", y sólo con ganas de tener una aventura más, dañando lamentablemente a ciertas mujeres que no se lo merecen para nada, y que en realidad debieran ser tratadas como "reinas", además de dejar de lado la caballerosidad y gallardía que debiera existir en todo "macho" que se precie de tal. Pero también existen mujeres, sobre todo las de las nuevas generaciones, que se demuestran tan inalcanzables, con aires de diva al máximo y dando a entender una autonomía e independencia únicas, que al final los hombres que se acercan a éstas terminan desilusionándose de igual forma como lo hacen las mujeres. Y ni hablar de la típica frase que aparece en las discos o lugares similares como "estoy bailando con ella", o más extremo aún, el creciente lesbianismo, quizás más marcado y abierto que el homosexualismo...
En conclusión, ambas partes generan esta "guerra de sexos", que lamentablemente está llevando a una decadencia en las relaciones humanas, y que generará a futuro sólo solterones y solteronas, que mirarán hacia atrás con arrepentimiento y nostalgia de lo pasado.
Saludos a tod@s...

Assilem dijo...

¡Me gustó mucho tu post! Menos el N4. Por ahora, no tengo opción de conocer otros hombr... digo, otras realidades fuera de Chile, jaja.
Ojalá haya alguna excepción por ahí.

Saludos! Y qué bueno que lo hayas pasado chancho.

Unknown dijo...

Lo acabo de leer y mentalmente te estoy aplaudiendo pie. Me alegro que tu viaje haya sido tan terapéutico.
Aunque estoy 100% de acuerdo con lo que piensas de los hombres chilenos, yo tengo la suerte de estar casada hace 7 meses con uno que no responde a esa descripción.
Muchos saludos y suerte con tu limeño.
@cotebro

Maida dijo...

Mi querida Pepa, en mi humilde opinión, los hombres no nos abandonan a todas por igual. Ellos arrancan de las mujeres power, quiénes pueden amedrentar su ego. Ojo que no tiene nada que ver con la conquista difícil, a esas las aman, todo lo que sea desafío en esas lides es juego de machos. Pero cuando la tipa además de ser guapa, hueso duro de roer, inteligente y un poco más independiente que el resto… suena la sirena y por el altavoz el llamado es muy claro: "soldado que arranca, sirve para otra guerra" Si bien, el homo chilensis en general es así (yo creo que la culpa la tenemos nosotras mismas, especialmente las madres), no es inmune a las leyes de Darwin. Así es que chiquillas, propongo dejar de culpar a la “sociedad” (el chivo expiatorio eterno) de nuestra mala pata y mal ojo. Si estamos solas no es porque estemos fritas, simplemente no fluye con el vecino. Así es que…¡¡Chicas que saben lo que quieren de sus vidas… abrid los ojos, no al caldo de cabeza, sí al corazón!!

Unknown dijo...

pepa soy una fans tuya jakja, realmente me encanta tu manera de poner la realidad de forma graciosa y un estilo tan tuyo, ayer leyendo una revista del LUN donde contabas tu odisea por dejar de fumar supe inmediatamente que eras tu la que estabas escribiendo, sin leer de quien era ni nada, basto leer uno o dos parrafos para saber inmediatamente que se trataba de ti. Sigue escribiendo por que lo haces la raja y yo como humilde lectora me encanta leer todo lo hecho por ti =).