Vecina Furiosa (I Parte)

1. El otro día, intentando rebajar los altos costos de mi vida, me di cuenta de que mi cuenta VTR era demasiado alta. Llamé para saber por qué. Y en exactamente hora y media de llamadas y traspasos a operadores completamente inútiles, comprobé que tanto VTR como Entel me habían fregado: VTR me vendió una línea telefónica sucia. Es decir, un número de teléfono que antes perteneció a un Jorge algo quien contrató servicios extra que la compañía no se dio la lata de eliminar cuando me cedió el número a mí, a pesar de que era su obligación legal. El servicio extra que llevaban un año y medio cobrándome sin haberlo contratado, era un carrier de Entel. Y Entel también estaba fregándome todo ese tiempo, a pesar de que quien contrató el servicio de 4 lucas extra no fui yo. Despotriqué en contra de ambas compañías, dejé los reclamos correspondientes e iré a la Subtel para que los multen. Malditos aprovechadores.
2. El vecino del departamento de arriba, mete más boche que cumpleaños de monos. Parece que caminara por su casa pateando muebles y dejando caer pianos a su paso. Y esos remezones retumban en mi techo y me asustan. Un día le toqué el timbre para pedirle más silencio. Se hizo el gil y por ahora lo sigo escuchando y maldiciéndolo cada vez que anda con la indiada. Lo que digo es lo siguiente: si quieres meter ruido, ándate a vivir a un cerro, donde no molestes a nadie. Cuando vives en un condominio, tienes que ser consciente del vecino de al lado, el de arriba y el de abajo.
3. Después de haber reprobado el examen práctico de manejo una vez, haber insultado al profesor y haber llorado como cabra chica picada una tarde entera, al fin pasé la prueba y saqué mi licencia de conducir. Junten miedo, conductores de Santiago. El asunto es que hoy fui a retirar mi carné de conducción y esperé DOS horas en la Municipalidad de Santiago para que me lo dieran. Los funcionarios, operados de los nervios, ni se inmutaron con el cúmulo de usuarios choreados que tenían en frente. Pero yo, terminé con el colon en la mano. Tenía demasiadas cosas qué hacer como para perder dos horas mirándoles las caras. Cero respeto por el tiempo de los demás.
4. Al teléfono de mi casa me han llamado desde que vivo aquí:
- Sebastián Piñera para pedirme que me inscriba. (Sr Piñera, ya estoy inscrita y mi voto, evidentemente no es para usted. Y no me vuelva a llamar a mi casa porque yo no lo ando llamando a la suya para pedirle préstamos o que se retire de la carrera presidencial o lo que yo estimo mejor para este país)
- Katherine Salosny para pedirme plata para una Fundación. (Kathy: Fundación Pepa Valenzuela también requiere urgentemente fondos para su miserable socia fundadora quien moriría de vergüenza antes de pedirle plata a alguien. Creo que tú estás en mejor pie para ayudar que yo)
- Joaquín Lavín. No alcancé a saber para qué. Al escuchar su nombre, corté inmediatamente de puro espanto.
- Leíto Caprile. (Perdóneme don Leíto, pero tuve que cortarle rápidamente: estaba trabajando como negra para ganar una veinteava parte de lo que ganan ustedes en la tele)
- Banco Falabella en innumerables oportunidades para ofrecerme créditos millonarios (Si necesito plata, yo iré a la institución que me parezca conveniente. Hasta ahora Banca Mamá es la más considerada del mercado)
- Entel y Telefónica hasta el hartazgo. (Señores: cuiden sus rascacielos. No subestimen la capacidad incendiaria de una vecina hasta la coronilla con sus insistentes ofertas que de ofertas tienen poco y nada)
- Y esto no sé si fue o si no, porque caí en una especie de trance. Pero al menos, un día creí escuchar: "Hola, te habla Felipe Camiroaga". Escuché toda la grabación en éxtasis y no pude emitir ni un miserable pío. Por eso ahora respondo. (Felipito, disculpa mi mutismo al otro lado de la línea. Pero tú sí puedes llamarme cada vez que quieras, a la hora que quieras, para lo que quieras. Incluso a mi celular, Felipito mío)
5. En dos semanas he escuchado al menos seis veces la siguiente odiosa frase: "Se cayó el sistema", con su variable, "No me aparece en el sistema". Conclusión: si algún día descubro quién fue el tarado que diseñó el concepto "sistema", irá a parar derechito a Sonrisa de Inoperante. Lo juro.